Reflexiones Finales
A lo largo del trabajo hemos buscado presentar al MRCP en torno a tres problemas simultáneos sobre los que encontramos que este documento busca intervenir. Tal como se explicita en sus páginas, la promulgación del marco tiene por objetivo servir como referencia para regular la divergencia curricular, promover a las capacidades prácticas como eje del currículum para la FDI y finalmente asociar al buen desempeño con la capacidad de intervención en escenarios heterogéneos. En ese sentido puede decirse que hay un avance en materia curricular desde los Lineamientos Curriculares del 2007 del CFE, a la actual política con respecto a lo que la bibliografía especializada, identifica como problemas de políticas de formación docente. Al mismo tiempo, puede también resultar un punto dentro de una tendencia regional de cambio cuyas características son, entre otras: “mayor duración de la carrera, práctica desde el inicio y a lo largo de la formación (…) organización de los contenidos de las unidades curriculares en diálogo con los problemas del campo educativo” (Alliaud y Feeney, 2014, p.133). Es decir, un avance hacia la consolidación progresiva de modelos curriculares concurrentes.
Los principales resultados del análisis presentado indican que respecto al objetivo del MRCP de atender a la divergencia curricular el principal avance es poder descender hasta el nivel institucional para resolver disparidades entre la propia jurisdicción. Al mismo tiempo, el documento reduce complejidades en la definición de las capacidades lo que permite que sea medible el grado de enseñanza práctica. Mientras que su limitante, radica en no poder resolver la existencia del sistema dual de formación, dado que esto implicaría integrar otras políticas más allá de la curricular estrictamente.
Acerca de posicionar a la práctica como eje vertebrador encontramos que la presentación esquemática de las capacidades profesionales, fomenta la integración de los saberes prácticos y teóricos a lo largo de toda la carrera y de forma gradual. A su vez, hemos encontrado que las seis capacidades promueven una integración no sólo con los contenidos teóricos sino también entre ellas mismas. De todas formas, para efectivamente consolidar una formación práctica concurrente, es necesario que en la formación cotidiana de los institutos y las universidades se integren y jerarquicen estos saberes.
Finalmente, la resolución supera una posible visión tecnicista de las prácticas docentes avanzando hacia una perspectiva integral acerca del trabajo docente. Frente a una posible crítica respecto de reducir las prácticas docentes a recetas sobre el cómo enseñar de mejor manera los contenidos, la resolución añade saberes acerca de la enseñanza en diversos escenarios, la recuperación de las características culturales y el trabajo colaborativo.
En futuros trabajos podrían evaluarse los efectos prácticos en la implementación de la resolución sobre la formación docente, así como sus consecuencias sobre las propias prácticas escolares que responde a orientar el currículum a lógicas concurrentes.